viernes, 30 de marzo de 2012

Iron woman


Todas las noches me acuesto deseando que exista un duende mágico que me planche la ropa mientras duermo, y todas las mañanas me decepciono al levantarme y ver la pila de ropa arrugada en la silla.
Puedo lavar platos, barrer, limpiar baños y más, todo sin chistar. Pero planchar me produce un rechazo inmenso y siempre lo pospongo hasta que ya no tengo otra alternativa. Agradezco que al menos el lavarropas tiene una función anti-arrugas que me facilita un poco la tarea, pero aún así, la encuentro demasiado engorrosa. De hecho el único propósito de este post es esquivarla por unos minutos más.
Disculpen la molestia.

2 comentarios:

Xime Durán dijo...

Yo mando la ropa a lavar y la uso así como viene pero cuando tengo que usar una camisa u otra ropa de esas que se arrugan de nada y me da fatiga agarrar la plancha la cuelgo en una percha y le doy con el secador de pelo. Queda de 10 y me ahorro buscar la plancha, sacar la tabla de planchar y volver a guardar todo.

vir dijo...

Yo ni tengo tabla de planchar, por ende para mí planchar implica, además, correr la mesa cerca de un enchufe, poner una toalla, etc.
Pero lo del secador de pelo también me da fiaca...