miércoles, 10 de abril de 2013

The bigger picture


Ninguna de las más de dos mil fotos que trajimos al volver de nuestras cortas (pero intensas) vacaciones le hace justicia a los lugares que conocimos. La inmensidad de las montañas, la diversidad de colores, formas y texturas, los juegos entre luces y sombras, la altura, los desniveles en el relieve, la distancia, la oscuridad total, la apariencia de la luna, el aspecto artificial que por momentos parece tener la naturaleza, nada de eso puede ser capturado en una fotografía. Ni hablar del vértigo, ó de la sensación de (jugar a) volar.
Las imágenes a veces no tienen mucha más utilidad que la de un simple - aunque poderoso - catalizador para evocar las experiencias pasadas, esas que el clic de la cámara no puede cautivar. Y, muchas veces, para acrecentar nuestro deseo de obtener unas cuantas más en el futuro.