lunes, 6 de mayo de 2013

Veronica

A veces la música nos engaña. Hace que ciertas canciones nos suenen como "una más del montón", hasta que un día las escuchamos como corresponde. Y sentimos un impacto, como si chocáramos contra una pared y despertáramos sin entender del todo lo que nos acaba de pasar. Y no volvemos a mirar esas canciones con los mismos ojos (o escucharlas con los mismos oídos, si prefieren).
Esta situación la viví alguna que otra vez, pero hoy quiero hablar de una en particular en la que estuve pensando mucho estos días y que considero entra en la categoría de "puñal", como la describí hace un tiempo...